España pionera en la Investigación del Algarrobo

España es el primer país que investigará la huella de carbono de la algarroba, paso importante para fomentar el cultivo del algarrobo.
La noticia salía ayer 22-04-2014: La Generalitat Valenciana se compromete a investigar la huella de carbono del algarrobo para potenciar su imagen de cultivo «verde» y «sostenible», la asociación Empresas Innovadoras de la Garrofa (EIG), promueve su cultivo.
 
España es el primer productor mundial de garrofa con unas 60.000 toneladas anuales. La Comunidad Valenciana ocupa el primer lugar en producción en España, con una superficie de cultivo de unas 21.000 hectáreas y alrededor de 23.000 toneladas de algarrobas.
 
La demanda creciente de este producto otorga una nueva salida al algarrobo, parte indispensable del paisaje de la Comunidad Valenciana y que ha contribuido decisivamente a frenar los procesos de erosión que afectan a las zonas de pie de monte de toda la franja mediterránea, desde Cataluña hasta Huelva.
 
En defensa del cultivo del algarrobo ha surgido el grupo de Empresas Innovadoras de la Garrofa (EIG), una asociación que engloba a 19 firmas que trabajan con este cultivo situadas en Cataluña, Comunidad Valenciana, Murcia y las Islas Baleares.
 
«Conseguir extender más un cultivo versátil, y con muchos beneficios, también paisajísticos y medioambientales, y mejorar los procedimientos para su cosecha y tratamiento, además de divulgar sus cualidades», son los objetivos de esta asociación, según explica su presidente, Josep Borrás.
 
La última iniciativa de (EiG) ha sido conseguir el apoyo de la conselleria de Presidencia y Agricultura para medir la huella de carbono del algarrobo. El estudio pretende contribuir a que se considere a la algarroba como un producto «natural» fruto de un cultivo «sostenible».
 
«El algarrobo tiene futuro, aunque la vía más directa para lograrlo es mejorar la posición de la goma de garrofín en la industria de alimentación humana. Calcular la huella de carbono es una forma de demostrar en la Unión Europea la sostenibilidad de las plantaciones de algarrobo y un empujón más a la hora de conseguir que a este cultivo y sus derivados se le relaciones con palabras clave como "natural” o "verde”», declara Josep Borrás.
 
En el proceso de producción, se separa la semilla (garrofín) de la pulpa, ambos productos se utilizan, tanto para consumo humano como para animal. Sin embargo, el aumento de la demanda de garrofa está asociado a la goma de garrofín, obtenida de la semilla y conocida como E-410.
 
La comercialización del espesante natural E410 es la principal esperanza para la promoción del cultivo del algarrobo, muy utilizado en la fabricación de salsas, postres, dulces o helados.
 
Le hace competencia el gigante chino, que comercializa espesantes similares y lo hace a un precio inferior, aunque sin el componente natural ni los beneficios medioambientales que lleva el cultivo de la garrofa en tierras mediterráneas. De ahí la importancia de que el algarrobo reciba el reconocimiento europeo sobre sus cualidades y apoye su cultivo.
 
La asociación (EiG) promueve la creación de modernas plantaciones mecanizadas de algarrobos, sin olvidar el valor de los viejos ejemplares desperdigados por toda la geografía española. Su resistencia casi infinita a las sequías y su capacidad para fijar nitrógeno y CO2 donde otros árboles fracasan, convierten al algarrobo en un aliado fiel y eficaz contra el cambio climático.
 
Fuente: Levante-EMV | J. Sierra Castelló, ver noticia original | Algarrobo en la Serra de Llevant (Mallorca), fotografía de Meteofelanitx.Com.